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Desarrollo cerebral y estrés: ¿Los bebés no se enteran de nada?

Afortunadamente,  vamos desechando el mito existente en nuestra cultura que afirma que «los bebés no se enteran de nada».  Si hay un momento en el que el cerebro es una esponja, es durante el embarazo y en los primeros cinco años de vida. La investigación sobre crianza y desarrollo avanza con pasos de gigante, fundamentalmente gracias a las técnicas de neuroimagen. Actualmente sabemos que cuidar a un bebé y su entorno es fundamental para un desarrollo adecuado de sus estructuras cerebrales; sabemos también que ese cuidado implica reducir en la medida de lo posible  su exposición al estrés debido, entre otros factores,  a la toxicidad de las sustancias liberadas por el organismo para afrontar el estrés (cortisol).   La etapa temprana (0 a 3 años) va a sentar las bases del proceso de desarrollo físico, cognitivo y emocional a lo largo de la vida (National Scientific Council on the Developing Child, 2010). O, dicho de otra forma:  que el buen trato en la primera infancia facilita un adecuado desarrollo de las estructuras cerebrales , y el mal trato lo obstaculiza, llegando a aparecer diferencias en su organización.  Y si hay diferencias en el órgano, hay diferencias en la función: las experiencias en esta etapa dejan una impronta que marca su capacidad de afrontamiento, en el sentido más amplio del término, a lo largo de toda su vida. El desarrollo infantil en esta etapa es tan potente, que a la vez es extraordinariamente vulnerable a la influencia  de experiencias adversas.  Pero, ¿qué es una experiencia adversa? En 2005, el  National Scientific Council on the Developing Child  clasificó  el  estrés en positivo, tolerable y tóxico.
  • Estrés positivo:  situaciones adversas y breves de carácter moderado (iniciar la escolarización, conocer nuevas personas) que los niños experimentan de forma frecuente y pueden constituir experiencias de aprendizaje positivas si disponen del apoyo necesario por parte de los adultos para afrontarlas satisfactoriamente y desarrollar un sentimiento de dominio. En estas circunstancias, la activación fisiológica en respuesta al evento estresante es breve y moderada en intensidad, y el apoyo de los adultos para hacer frente al evento estresante ayuda al niño a que el nivel de activación de sus sistemas de respuesta al estrés retorne a su estado previo. Este tipo de situaciones proporcionan al niño oportunidades importantes para observar, aprender y practicar respuestas sanas y adaptativas a las experiencias adversas.
  • Estrés tolerable:  exposición a situaciones también limitadas en el tiempo con un mayor grado de adversidad y amenaza para la salud física o psicológica (separación o divorcio conflictivo, desastre natural, fallecimiento o enfermedad grave de una persona querida).  El apoyo de los adultos resulta un factor protector fundamental para ayudar al niño a hacer frente a la situación adversa, desarrollar sentimientos de control sobre la situación y evitar un nivel excesivo de activación de los sistemas de respuesta al estrés. En estos casos es frecuente que el niño manifieste lo que se denomina daños localizados (Finkelhor, 1995), esto es, síntomas específicos a la experiencia que pueden ser intensos y persistentes pero no interfieren de forma significativa en el desarrollo.
  • Estrés tóxico: cuando las experiencias adversas que afectan al niño son de carácter crónico o repetitivo, incontrolables y  no dispone de figuras adultas que le ayuden a hacerles frente, es incapaz de manejarlas de forma adecuada y se produce una sobreactivación en intensidad y duración de los sistemas de respuesta al estrés. En estos casos, el proceso de desarrollo infantil puede verse afectado negativamente de forma más profunda y generalizada, particularmente cuando se produce una acumulación de estresores y una interrupción de transiciones evolutivas cruciales (National Scientific Council on the Developing Child, 2005).
  Como decía al principio del post, este tema lleva aparejada muchísima investigación y puede llegar a ser apasionante. Si os interesa, podeis cotillear en estos enlaces con más info:

Psicología perinatal

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